Por Anna-Lisa Marjak
Tarea no tan sencilla. Me lo imaginaba mas fácil. Elegir un cuadro. Supuse que inmediatamente vendría a mi mente la visualización del Cuadro,pero no, mi mente empezó a navegar de época en época,de estilo en estilo,de pintor en pintor.Un flash de bellas imágenes que recorrieron toda mi vida.
Cuadros que ame desde los comienzos hasta ahora.
Las elecciones fueron cambiando y El Cuadro no aparecía, entonces me detuve y dije: arranquemos desde otro lado. Elijamos al Pintor, y ahí si la elección fue fácil,»Picasso», Mi Gran Maestro!!!!! Tengo colección de emociones. He aullado, he llorado, he reído al ver sus cuadros. Todo lo que soy como pintora se lo debo a El y al MoMA, donde estaban sus cuadros. Yo estudiaba pintura en una escuela en New York y me peleaba con los profes porque yo quería pintar y ellos querían que hiciera análisis de obra en la biblioteca; estaban locos. Me fui. Un amigo me dio un cuartucho siniestro en su siniestro taller y allí comencé. Balbuceé en la pintura y cuando dudaba, que era frecuente, recurría a Picasso.
Si El lo hacia, yo tenia pista libre para hacerlo.
De El aprendi «La Libertad», la forma y el color. También le robé bastante a Matisse, otro de mis grandes Maestros.
Volviendo al cuadro elegido, definitivamente algún Picasso, y un Picasso que haya visto en el MoMA.
Allí es donde aprendí a sentir La Pintura, en épocas que yo ni pensaba en ser pintora. La pintura se presentó en mi vida y me obligó a pintar.
Interior with girl drawing, Picasso, 1935
De todos los cuadros en mente de Picasso en el MoMA, elijo uno, el último que vi. El último que me emociono enormemente volver a ver y lo vería una y otra vez y así mil veces. Es una gran síntesis de lo que amo de Picasso su ruptura, sus formas que no importan, su relato, su teatralidad, su dramatismo, su juego. Su diversión. Amo que Picasso se divierta mientras pinta.Eso aprendi de El.
