Veronica Meloni: la cordobesa que no baila cumbia

Verónica Meloni es una artista que vive y trabaja en la ciudad de Córdoba. Es considerada una de las performers más inquietantes del país a la vez que para muchos consiste en el secreto mejor guardado. Jaquealarte tiene ganas de desenmascararla. Así se presenta:

«Confieso estar atravesando una especie de atmósfera estéril donde no encuentro ni una sola respuesta. Perfecto. Mi producción aparece en medio de ese vértigo: un cúmulo de problemas que no se resuelven en formas determinadas ni lógicas de representación.

(Tengo 38 años y mi itinerario como artista aún intacto.)

Durante un buen tiempo, en los ’90, me dediqué a la gráfica y al dibujo, producía como una maquinita a la vez que acumulaba objetos e imágenes que me llevaron a experimentar cierta ridiculez en la tarea de producir arte. De la ridiculez pasé a la práctica de performance (2006-2011) por una necesidad de desprenderme de la fatalidad de mi funcionamiento como artista y por la ingenuidad de pensar que en ese «estado» no producía. La maquinita volvió a aparecer y aunque fueron, quizás, tiempos más felices, hoy siento que el mundo de la performance me saturó y no cumplió sus promesas históricas, al menos en lo que a mi respecta. Afortunadamente, el sistema del arte contemporáneo nos ofrece una infinidad de espacios habitables y deseables.

(Vivo en Córdoba, siempre viví acá y acá trabajo ahora.)

Publico algo de mi trabajo en mi blog, el nombre del mismo alude a las limitaciones de desarrollo en -y de- lo local, haciendo referencia al nenúfar: planta de raíz débil que crece en aguas estancadas o de corriente lenta. El sitio contiene un archivo de documentaciones, apuntes dispersos y «ahoras» ya facturados a partir de los cuales genero ocasionalmente objetos que tienen la capacidad de circular dentro del mercado del arte.

(Buscar galerista es mi pasatiempo preferido por estos días.

En todos estos años encontré/construí algunos puentes de emergencia que ahora me sirven para atravesar el desierto, es ahí -en los puentes- donde los riesgos presentes tienen lugar: me refiero a mis proyectos monstruo, mis anomalías y mi producción de desajustes…piezas que funcionan tanto en la esfera del arte como por fuera de ésta. Contrabandeo datos de ambos mundos que luego van generando información que opera en la interferencia y confrontación de esas esferas.

La complejidad de los efectos de estas piezas no es tema de mi preocupación por ahora, sus documentaciones van conformando un archivo que en gran parte está disponible en la web como información, se componen unas con otras en actualizaciones de sentido, intentan organizarlo en un contexto de exhibición impersonal que le es propicio. Poseen el sentido de lo actualizado en función de las superficies de contacto de la red.

(Por qué presuponemos que no hay nadie «realmente» del otro lado del arte?)

En fin, y para hacerle honor a este sitio que me alberga, pienso que para poner en Jaque al Arte (ese que juega sólo desde la lógica dominante del mercado) se necesitan -también- piezas que operen por fuera del tablero».