Artistas Discusiones

Nijensohn: por la memoria del pueblo judío

Written by Cristina Civale

Recibo un mail con una información más que interesante. Charly Nijensohn, el artista visual argentino que despunta desde hace más de una década su trabajo peculiar de videoartista en Berlín, me cuenta que dentro de una semana será parte de Mediations Biennale en Polonia. Es una gran historia. La bienal es muy nueva, va por su tercera edición, y tiene fama de recoger trabajos de vanguardia centrados también en la investigación histórica, obras que conjugan un delicado equilibrio entre la historia que cuentan y el soporte que eligen sus autores para narrarla.

El año pasado, Charly fue convocado por Fumio Nanjo, director del Mori Museum de Tokio,  para presentar su obra monumental en la sinagoga de Poznan, en Polonia.

Ocurre que el templo no es un espacio cualquiera. Es el propio Nijensohn quien me relata la historia del lugar: «Cuando los nazis invadieron Polonia, una de las primeras comunidades judías en ser arrasadas fue la de Poznan. Los nazis convirtieron la antigua sinagoga, una de las más ancestrales de Europa central, en una piscina para sus oficiales, que inauguraron durante Rosh Hashana. La piscina continuó funcionando en la nave central del edificio hasta hace poco tiempo cuando fue clausurada. Recién ahora, después de tantos años,  la comunidad judía y el gobierno polaco van a retirar la piscina y levantar en el sitio la nueva sinagoga de Poznan».

Dead Forest (Selva muerta), la obra de Nijensohn será el inicio de esa restauración, de un proceso que -desde el arte- contribuye a recomponer la memoria. Los trabajos de restauración comenzarán una vez que Dead Forest haya pasado con sus hombrecitos, su vientos y sus aguas yermas por el espacio arrebatado de sus orígenes, violado por los perpetradores, olvidado por sus habitantes hasta que llegó el arte y, una vez más, pudo ser algo más que belleza.

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En este link, la historia de Dead forest contada hace dos años cuando se estrenaba en Buenos Aires en Fundación Proa en simultáneo con la Whitechapel de Londres.  Sólo aquí adelantamos que la obra tuvo sus orígenes en una cruzada más bien ecológica vinculada con el Amazonas, lejos de Polonia y de la segunda guerra mundial y su locura racista. Una perpetración estrictamente contemporánea calma -repara- otra sucedida hace más de 50 años.

Una linda noticia para un domingo, en realidad para cualquier día.

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Cristina Civale

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