La industria que promueve la belleza y la juventud factura más de 160 billones de dólares por año según investigó el fotógrafo inglés Zed Nelson.
Esta información lo llevó a crear su ensayo Love me por el cual refleja la obsesión y las fuerzas que llevan a las personas a permanecer eternamente jóvenes y bellas según un patrón determinado por valores que le son ajenos, los de las corporaciones que venden los productos que supuestamente los harán bellos y jóvenes para siempre.
Durante un período de cinco años, Nelson visitó 18 países en los cinco continentes. Así su proyecto explora cómo una nueva forma de globalización está teniendo lugar, la de un cuerpo maquetado, donde crecientemente los valores de la llamada belleza occidental están siendo exportados a todo el mundo como una marca registrada, la única marca valiosa y peor aún, la única posible de ser apreciada y amada.
Nada nuevo pero Nelson considera que ya estamos en el borde del abismo donde los rasgos y marcas distintivas de cada parte del globo se están borrando para crear un modelo de cuerpo único. El cuerpo global.
La muestra puede verse actualmente en Barcelona en el marco de Docfield 2014.