Julio Cortázar, 1967, París. De la serie Escritores de América Latina.
Desde que Sara Facio lo fotografió, Cortázar es ese tipo que te mira en blanco y negro con el seño fruncido y un cigarrillo Gauloise que le cuelga entre los labios; y Borges, ese hombre que se arrodilla con devoción no para buscar a Dios sino un libro en un estante de la Biblioteca Nacional. Los retratos que Sara ha hecho de Alejandra Pizarnik, de Octavio Paz, de María Elena Walsh, de Sábato, de Olga Orozco -por nombrar un puñado- son desde hace tiempo parte de nuestro imaginario. Esas están entre las 200 obras que se exhiben en la muestra Sara Facio – Fotografías, en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta, en el marco del Festival de la Luz. Pero también hay muchas inéditas o casi nunca vistas, como esta de Tita Merello.
Tita Merello, Buenos Aires, 1976. De la serie Escenarios.
O lo retratos de María Moreno y de Rodolfo Mederos. Los hallazgos de los curadores Elio Kapszuk y Renato Rita durante las semanas que trabajaron con la artista seleccionando fotografías en su estudio son un plus invalorable de la muestra. Tanto como la pasión de Sara Facio por el género: «Para mí, el retrato es la forma más pura de la fotografía. No sólo tomarlos, sino también verlos. Puedo mirar un retrato y emocionarme hasta las lágrimas», dijo alguna vez. Es esa sensibilidad la que la lleva a ver en los otros algo esencial que la convierte en una gran retratista.
Desde luego, hay mucho más que retratos: París, Buenos Aires, la vuelta de Perón a la Argentina, sus funerales… Y la excelente serie «Por amor al arte», de la cual esta es un ejemplo.
En el Prado, Madrid, 1970. De la serie Por amor al arte.
Te vas a perder muchas de las 130 muestras de 600 autores de 17 países con que estos días te abruma ese delirio de la imagen que ocurre aquí cada dos años (esta vez el amplísimo eje temático es «La pasión») con el nombre de Encuentros Abiertos – Festival de la Luz, del que tenés toda la información y el cronograma en este link. Pero no podés perderte esta.
