Con el entusiasmo habitual en esta clase de textos, la información de prensa de Christie’s asegura que es «uno de los retratos más provocativos y hermosos pintado alguna vez por Diego Rivera«. Se comprende: hay que venderlo lo más arriba que se pueda por sobre el valor estimado (entre 250 y 300 mil dólares) con el que saldrá a la venta el 20 de noviembre en la casa de subastas. La pintura se llama Retrato de Linda Christian y fue realizada por Rivera en 1947. Quizá hubiera sido mejor no hacer hincapié en la belleza del cuadro ni en «los ruiseñores juguetones que exploran los huecos interiores de las orquídeas y tulipanes, sugiriendo una metáfora de fuerte carga erótica», sino en la historia misma del retrato, prácticamente desconocido hasta hoy, y de la modelo.
Rivera conoció a la actriz Linda Christian en la década de 1940 y la pintó por lo menos dos veces en dos obras que se conservan hasta hoy. Linda quería ser médica, pero la vida la llevó hacia otros rumbos cuando conoció a Errol Flynn y se convirtió en su amante. Hollywood la recibió con los brazos abiertos y pronto se convirtió en estrella. Pero la fama verdadera le llegó cuando se casó con Tyrone Power. Su película de mayor éxito fue Tarzán, en 1948. Pero quizá lo que más la distingue es haber sido la primera chica Bond, cuando filmó Casino Royale, en 1954.
Cuenta la leyenda que Rivera había pintado el retrato de Linda con el torso completamente desnudo. Pero ue la madre de la actriz puso el grito en el cielo cuando lo vio, por lo que el artista accedió a modificar la pintura original, «vistiéndola» con una delicada blusa transparente. Todos quedaron conformes. Tanto, que la obra de Rivera su usó como ilustración de tapa de la autobiografía de Christian, publicada en 1962, llamada Linda, mi propia historia.