Desempolvar obras realizadas por artistas mujeres que fueron desestimadas durante demasiado tiempo, aparece como tendencia este año. No me queda claro si honestamente es un acto de justicia política y poética este desempolvamiento global que pondrá por fin a la vista del público y sobre todo incluirá en el relato de la historia del arte a un gran número de obras realizadas por mujeres a las que negligentemente se ignoró durante años. Aunque los encargos de las instituciones puedan responder al impulso de una moda, una especie de leve fluir para calmar los movimientos de mujeres que se plantaron en todo el mundo, las curadoras o curadores de estas muestras «reparadoras» son meticulosxs estudiosxs, académicxs feministas que acopian nombres, obras y tendencias expulsadas del canon que se conjugó mayormente en masculino. Esa ausencia ya no es la noticia, la noticia la arman el conjunto de muestras que casi simultáneamente acuden a dar cuenta de las artistas ignoradas a través de sus trabajos ahora expuestos. Se trata entonces de ir armando un nuevo mapa tal como lo hizo desde finales de 2017 la notable exhibición Mujeres radicales, curada por Andrea Giunta y Cecilia Fajardo, una muestra con una impronta poderosa de recuperar para la memoria, el patrimonio y la historia del arte en América Latina los nombres y las obras de mujeres que distintas dictaduras y sucesivos cánones atropellados habían puesto en penitencia. La muestra giró por Los Angeles, Brooklyn y San Pablo y fue pionera en su tipo.
Como un legado, 2019 acogerá diversas muestras colectivas que intentan reponer los nombres silenciados y las obras invisivilizadas en distintas ciudades del mundo. Menciono algunas en este primer envío.
Buenos Aires
El Museo Nacional de Bellas Artes está preparando para mediados de este año un muestra que será curada por Georgina Gluzman quien en su página web, cuartopropio.net se presenta así: «Mi nombre es Georgina Gluzman y soy profesora e investigadora en historia del arte. Mis intereses son la historia feminista del arte, las trayectorias de mujeres en el arte y las imágenes de la mujer en la cultura visual. Me especializo en mujeres artistas de la Argentina, en el siglo XIX y primeras décadas del XX». En esa misma web Gluzman, organizó una base de datos con artistas mujeres de Buenos Aires desde 1924 hasta 1939 que pone a disposición de quien quiera consultarla.
Emilia Bertolé. Autorretrato.
La muestra que curará incluirá la obra de 20 mujeres, entre otras Emilia Bertolé, Julia Wernicke, María Obligado de Soto y Calvo, Ana Weiss de Rossi y Lía Correa Morales. «La historia del arte no es una cosa fija en la que ingresan los que se lo merecen -dijo en enero a La Nación- sino un relato que se construye en un momento histórico, con determinados prejuicios. El canon es políticamente masculino y las mujeres estamos excluidas simbólicamente. La obra de mujeres suele rondar el 15 por ciento de los acervos, pero las curadurías ni siquiera lo reflejan».
Por otra parte, a partir del 28 de marzo la Fundación Fortabat presenta la muestra Tácticas luminosas con curaduría de Francisco Lemus. Participan artistas mujeres en torno a la Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas. Ellas son: Magdalena Jitrik, Ariadna Pastorini, Graciela Hasper, Cristina Schiavi, Fernanda Laguna, Alicia Herrero, Ana López y Elba Bairon. Según Lemus, la muestra «se propone indagar (hilvanar) los recorridos de las artistas en relación al modelo artístico y curatorial del Rojas en los años 90, ya que ese vínculo ha sido invisbilizado por los relatos históricos y curatoriales sobre el período. Además de esta zona de contacto y sentido de pertencia de las artistas con el Rojas, se exhibirán obras y documentos relacionados a dos proyectos curatoriales que desbordaron esa órbita y que incluso generaron una enunciación alternativa sobre las prácticas feministas y la reflexión crítica en torno a la cultura patriarcal: Violaciones domésticas (1994/5) y Juego de damas (1995/6). De este modo, se expondrán obras históricas y documentos que hacen al Rojas pero también a este desplazamiento que tuvo lugar a mediados de los años 90.
Barcelona
El Museo Europeo de Arte Moderno presentará la exposición Painting Today. Se trata de una muestra de artistas internacionales, referentes en la pintura figurativa contemporánea.
El MEAM ha encargado una selección de obras a la curadora Didi Menendez, entre la comunidad de artistas PoetsArtists, para presentar más de 70 obras que mujeres pintoras han realizado y están realizando en el campo de la figuración contemporánea a nivel internacional.
Viena
Curada por Ingried Brugger y Hannah Rieger para el Centro de las Artes del Banco de Viena, se organizará la muestra Flying High: Women Artists of Art Brut (Volando alto, artistas mujeres del art brutal) se centrará en los logros de 93 creadoras de arte autodidactas desde 1860 a nuestros días.
Flying High mira cronológicamente la historia de la corriente llamada » art brut » (literalmente, «arte en bruto») por el artista moderno francés Jean Dubuffet en la década de 1940. El término se refiere al impulso creativo directo desde el corazón, no filtrado por la teoría, que se puede sentir en las obras de los visionarios autodidactas situadas por elección o por la fuerza de las circunstancias en los márgenes de la sociedad y la cultura en general. Al rastrear la historia de este campo, Flying High repasa el trabajo de los pioneros psiquiatras europeos que se interesaron, a menudo con fines de diagnóstico, en los dibujos y otras creaciones de sus pacientes en los hospitales psiquiátricos, y coloca en el centro del escenario el arte de las mujeres. que se asociaron con tales instituciones.
De este modo, la exposición se divide en secciones histórico-temáticas que analizan diversas obras recopiladas por el psiquiatra suizo Walter Morgenthaler (1882-1965), cuyo paciente más famoso fue el creador dearte brut Adolf Wölfli (1864-1930); y por el historiador y psiquiatra de arte alemán Hans Prinzhorn en el hospital psiquiátrico de la Universidad de Heidelberg a principios de los años veinte. También se pueden ver obras de arte recopiladas personalmente por Dubuffet, quien donó sus fondos a lo que se convertiría, a mediados de la década de 1970, en la Colección de l’Art Brut, en Lausana, Suiza, el primer museo del mundo dedicado a las creaciones de autodidactas visionarias.
Otra sección de la exposición analiza las obras de artistas femeninas en la colección de L’Aracine, una asociación fundada en Francia en la década de 1980 por la fallecida Madeleine Lommel, principalmente en respuesta al gesto de generosidad de Dubuffet en la vecina Suiza. Muchos años después, las posesiones de L’Aracine fueron donadas al Museo de Arte Moderno, Arte Contemporáneo y Arte Brut de Lille Métropole en el norte de Francia, lo que convierte a esta institución en un centro europeo clave para el estudio y la presentación de este tipo de arte. La última sección de Flying High analiza de manera más general las obras de arte brut de mujeres de todo el mundo, desde 1860 hasta hoy.
Ida-Maly
Flying High también presenta obras de talentos menos conocidos, como la austríaca Ida Maly (1894–1941), que estudió arte y trabajó como actriz en Alemania antes de ser internada en un hospital psiquiátrico en 1928. Sus misteriosos dibujos psicológicamente intensos y de líneas finas penetran en los rostros y cuerpos de sus sujetos como los rayos X.
Al mismo tiempo, el Lower Belvedere Museum de Viena ofrece City of Women: Female Artists en Vienna, de 1900 a 1938 , una exposición que muestra otro grupo de contribuciones de mujeres al arte moderno.
León
Cuerpos que aparecen: performance y feminismos en el tardofranquismo tiene lugar en el Museo de Castilla y León (MUSAC). La muestra gira en torno a las implicaciones estético-políticas de la presencia del cuerpo en las prácticas performativas durante el tardofranquismo.
La performance, como estrategia estética, puede convertirse en un espacio de resistencia desde el que torcer la lengua para interrumpir la literalidad del discurso e imaginar visualidades periféricas. Los cuerpos citan y hacen aparecer: citan a aquellos cuerpos que los precedieron y también a aquellos que los sucederán; citan distintos aspectos de la realidad, los materializan y les «dan cuerpo». Citar es hacer aparecer en el presente las memorias de unas acciones y los relatos de quienes las ejecutaron. Citar implica recuperarlas y preguntarse por el papel de la performance como transmisora de memoria y conocimiento corporalizado. Citar implica «traer aquí».
Algo revelado es el nombre de la muestra que en dos etapas tiene luegar en el Museo de Historia de esta ciudad californiana. Esta exposición de más de 300 obras de arte muestra solo una fracción de la cantidad incontable de mujeres que trabajaban en las artes a partir de mediados del siglo XIX en California.
Desde lo tradicional a lo abstracto, centrándose en obras producidas desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1950, la exposición presenta una ecléctica variedad de pinturas al óleo, obras en papel, cerámica, metalistería, textiles y escultura. La exposición, dividida libremente en temas, explora la amplitud de lo que las mujeres pudieron lograr y lograron al superar cualquier idea de que su arte era, en cualquier caso, inferior a sus homólogos masculinos. Comisariada por Maurine St. Gaudens Studio y acompañada por el libro de cuatro volúmenes de St. Gaudens, Emerging from the Shadows ; Una encuesta de mujeres artistas que trabajan en California, 1860-1960
«Esta exposición -afirman desde el museo- estimulará las conversaciones y destruirá cualquier noción preconcebida de las limitaciones del arte creado por las mujeres».