Por Patricia Rizzo, la muestra del mes
No existe la costumbre, o al menos, no tan asiduamente arraigada como la de visitar otros lugares. Tal vez porque el Centro Cultural General San Martín fue un sitio errático, en el que se exhibieron cosas muy buenas y otras no tanto.
Desde el recordado ciclo El artista como curador, cuya gestión realizaba Laura Batkis, el espacio ha ido como comúnmente se dice “a los tumbos”. Pero últimamente, las cosas cambiaron.
Aili chen para Expansiva
A partir de la gestión de Mariano Soto, el CCSM es un lugar para incorporar y revisitar, ya que la oferta de exhibiciones claramente es otra. No sólo hay coordinación, sino propuestas pensadas y elegidas que tienen interés individualmente y que en conjunto hacen de la visita una propuesta que bordea lo ineludible.
Lena Szankay: Nunca dejes de mirarme
En estos días ya está inaugurando todo otro grupo de propuestas, pero algunas quedarán y se prolongan, como las intervenciones lumínicas en el Hall de la Sala AB LPS (lux/shoji/piel) de Ramiro Oller las que ganaron un espacio (el techo) que no sólo no se utilizaba sino que hace que la sala se haya convertido en un espacio más amable y visible.
Ramiro Oller
Por otra parte, la intervención es muy buena, Ramiro trabajó teniendo en cuenta el contexto edilicio y como instalación, es una de las que habría que evaluar si tendría que quedar sino for ever, por lo menos un tiempo bien extenso.
Alejandro Pasquale para Espacios
Otro lugar inesperado, ganado como espacio y verdaderamente atractivo es la llamada Gigantogalería. dedicada a la fotografía argentina contemporánea. La eficaz intervención de Lena Szankay es atractiva por muchas razones. En cuanto al espacio, se trata de un lugar ganado en altura, al aire libre, que se hizo visible y a donde es imposible no mirar a partir de cruzarse con la primera que hayamos visto. Esta vez “Nunca dejes de mirarme”, una serie de fotografías de un par de amigas autorretratándose en la cama. Analógicas y en blanco y negro, tienen un dejo retro, inclusive nostálgico que marca la diferencia con una actualidad tan digital, un viraje hacia atrás sorprendente en oposición a las tantas selfies que vemos en las redes a diario.
Thais Zumblick
En Espacio Escénico La mirada par Bocetos escenográficos y figurines de vestuario realizados por Roberto Oswald y Anibal Lápiz, con curaduría de Oscar Viaño.
La sin futuro para Intervenciones en patio cubierto
Personales y con una mirada muy actual, las intervenciones en el Patio Cubierto, “Te quiero decir algo” de La Sin Futuro (Ana María Silva, Julim Rosa, Maggie Petroni) también proponen realizaciones potentes. Me gustó verlas tan sueltas y también atentas a una propuesta de conjunto.
Jose Luis Landet
Por último, en los Espacios Alternativos Verdadero, falso, ambos Alejandro Pasquale y Thais Zumblick, cada uno con su sala. Espacios difíciles y muy lejos de el cubo blanco ideal para exhibición, están sin embargo muy bien resueltos y muestran a ambos artistas muy bien desplegados. Thais estetiza deseos bellos y también oscuros y miedos múltiples con su reconocida maestría para pintar al óleo. Con una estética que difícilmente se representa en pintura, su propuesta puede generar polémica pero que dispara el inmediato goce de la contemplación.
Vayan esta vez y muchas. El CCSM aparentemente resucitó, y esta vez tal vez se quede.
Fotografías de Sandra Cartasso, Prensa el Cultural San Martín.