Una caja negra, encierro. Luces que van y vienen y arman figuras. Animales en pandilla que parecen perseguirnos. Hay que huir. Todo parece flotar. Tres proyectores escondidos emiten luz, imágenes y un sonido indescrifrable. El público transita extasiado y temeroso a través de esta propuesta lúdica, que tiene algo de tren fantasma, de la artista suiza Pipilotti Rist (1962), considerada una vanguardista en el videoarte y ahora en las artes electrónicas.
Spear to Heaven (Flecha hacia el paraíso) es su nueva creación y es uno de los nuevos gags visuales de la Rist. La flecha al cielo puede herirlo o advertirlo, no se sabe. Pipilotti muestra y hace escuchar sonidos tenebrosos que contradicen la idea generalizada y tranquilizadora del paraíso, en la mitología cristiana, el fin de todos nuestros sufrimientos terrestres. Este «heaven» parece más un infierno sin llamas -aunque hay imágenes que queman- y atrozmente oscuro.
En la muestra, sin embargo, todavía nos encontramos en la tierra y Pipilotti, en reaidad Elizabeth Charlotte, que cambió su nombre por el de un personaje de una novela de la escritora sueca Astrid Lindgren, Pippi Calzaslargas, lo deja claro.
La exhibcion tiene lugar en Seúl, ciudad que puja por hacerse un lugar de punta en el mundo de las artes visuales de vanguardia. Todo ocurre en una superficie gigante instalada en el Leeum, Samsung Museum of Art, el encargado de construir esta suerte de cuarto oscuro que parece flotar en el aire.
A disfrutarlo, que a pesar de la gracia de Pipilotti, parece que todavía no se acaba el mundo. Al menos no hoy.
Fotografías ©Leeum, Samsung Museum of Art