180 trabajos del genial e incasable creador Max Ernst se exhiben en el Albertina Museum de Austria.
Collages, pinturas y esculturas así como libros y documentos se unen para trazar un recorrido por su vida creativa que no dejó de experimentar con todo tipo de técnicas.
Pionero del movimiento dadaísta y también del surrealista, inventor de lo que por los comienzos del siglo XX fueron técnicas tan sofisticadas como el collage, el frottage, el grattage y la decalcomania.
Nació en Alemania, vivió un tiempo en París y finalmente se exilió en Estados Unidos. La exhibición pone su obra en un contexto histórico y social que no le fue siempre favorable, precisamente por su visión de futuro, muchas veces incomprendida o malinterpretada por sus contemporáneos.
Como expresa el curador de la muestra «El surrealismo de Max Ernst logra una representación visionaria e irónica, imaginando medios de representación que hacen surgir esos contenidos. Su obra tiene un sentido oculto, una calculada ambigüedad, unos límites formales bien determinados, unas normas, unos temas perceptibles, una escritura autónoma que da a sus obras una dimensión enigmática.
Se reconocen los objetos pero no su significado, por la unión de objetos y elementos dispares, sin ninguna relación entre sí pero que forman una nueva realidad».