Es el título de un libro pedorro de chic lit de hace unos años. Pero un título efectivo. El adjetivo «mala» está mal puesto. Lo explico después. Ahora les cuento esto:
Lili Dujourie, Sanguine, 1975
La colección francesa de Frac Lorraine se pone en acción y por primera vez se exhibe. Se trata de un conjunto de obras hechas por mujeres desafiantes: Marina Abramovic, Pauline Boudry / Renate Lorenz, Lili Dujourie, Clarisse Hahn, Anna Maria Maiolino, Annette Messager, Liliana Motta, Ewa Partum, Lotty Rosenfeld, Martha Rosler, Raeda Sa’adeh, Hito Steyerl & libros de Albertine Sarrazin, Grisélidis Réal y Virginie Despentes.
Marina Abramovic, Rhythm 10, 1973-1993
Lotty Rosenfeld, A thousand crosses on the road. Santiago, Chile, 1979, 1979
Mujeres desobedientes de los mandatos del arte macho de todos los tiempos, ellas rajaron telas pieles cuerpos ajenos y también nuestros cerebros. El conjunto de obras, la visión de todas esta «chicas malas» dedicadas al arte es apabullante. Te mostramos algunas de las obras de esta colección que a partir del 13 de julio será exhibida en exclusiva en FRAC.
Anna Maria Maiolino, Entrevidas, 1981
Raeda Sa’adeh, Vacuum, 2007
También dejamos constancia que el título Bad girls (Chicas malas) nos cae pesado. Pura misoginia visionaria de quien compró obra que con el tiempo rankeraría en $$$$ y en valoración artística.
Chica tops, chicas grossas, chicas con talento, mujeres únicas. De eso se trata esta muestra de «Bad girls» y le perdonamos la vida al FRAC por su visión, más allá de cuáles hayan sido sus intenciones. Nos quedamos con los mejores pensamientos. Porque amamos el arte y amamos a la gente (no a toda, claro).
Martha Rosler, Semiotics of the kitchen, 1975