Todo comenzó con un trágico incidente de violencia y odio. A partir de ahí nacióAgender [Agénero], el proyecto de la fotógrafa Chloe Aftel que pone el foco en las bellas complejidades de las comunidades genderqueer (también llamadas intersexuales o de género binario) y neutrois (sin género o de género neutro).
El proyecto comenzó después de que a Sasha Fleischman, joven de 18 años de San Francisco y que se identifica como “agénero”, le prendiera fuego un compañero de clase mientras dormía en un autobús en noviembre de 2013. Eso provocó un pequeñodebate a nivel nacional en todo Estados Unidos, retransmitido por los principales medios de comunicación sobre las identidades transgénero y de género binario, y que al final dio lugar a una serie de eventos que llevaron a la fotógrafa a casa de Fleischman para retratar al nuevo icono de la juventud genderqueer de Estados Unidos.
Sasha Fleischman
Esa sesión fotográfica, comisionada por la publicación San Francisco Magazine, ahora forma parte de la serie Agender. El proyecto de Aftel, compuesto por imágenes de jóvenes que no se identifican ni como hombres ni como mujeres, presenta al público los verdaderos rostros e historias de adolescentes y adultos de género fluido, bigénero o agénero. “Me pareció fascinante que hubiera un grupo entero de gentereactivando el debate sobre lo que es el género y, hasta cierto punto, sobre lo que es el amor y la autoexpresión”, explicaba Aftel a la revista Vocativ. “Depende de lo que a ti te funcione”.
Algunas personas como Edie, Rain, Mark y Sarah posaron ante el objetivo de Aftel sentados en su habitación o en casa de sus padres. Mirando a la cámara o frente a un espejo, las fotos tratan de ofrecer una respuesta visual, aunque abstracta, a las preguntas que rodean a los individuos agénero. Sin hacer referencia a la “escala de azul y rosa”, las imágenes de Aftel muestran una infinidad de actitudes y expresiones faciales que nos dejan entrever el complejo mundo de la identidad sin llegar a definirlo.
Edie
“No se trata de estar en ambos lados, ni en uno, sino de no adherirse a ninguno”, escribía Micah, uno de los fotografiados, en un post. “No es que haya una ausencia de género, y no es que me despreocupe de mi género. Todo lo contrario, me preocupo mucho de mi género, tanto de mi expresión como de mi percepción del género. Tengo un género: el género neutro”.
Tras la agresión que sufrió el año pasado, Fleischman estuvo tres semanas hospitalizado y todavía tenía las piernas vendadas durante la sesión de Aftel. “No estoy acostumbrado a ser objeto de interés del público”, contó Fleischman a la cadenaNBC News en diciembre. “Es una gran responsabilidad ser el representante de la comunidad de género no binario al completo. Espero ser capaz de informar a la gente sobre todo el espectro”.
Según la encuesta National Transgender Discrimination Survey citada en PolicyMic, el 78% de las personas no convencionales en cuanto a su género sufre acoso escolar, el 90% sufre discriminación laboral y al 53% se le ha faltado al respeto de forma verbal en público. Ni que decir tiene que el debate nacional sobre las identidades neutrales o sin género tiene un largo camino por recorrer, y proyectos como el de Aftel mantienen vivo el diálogo.
“El movimiento transgénero no ha tenido demasiado éxito al tratar de convencer a la sociedad para que acepte a la gente que nació mujer en un cuerpo de hombre (y viceversa), así que la comunidad agénero está pidiendo, en parte, algo más radicalpara que la sociedad acepte a las personas que rechazan el marco hombre-mujer”, escribió Rachele Kanigel en el San Francisco Magazine.
Aquí podés ver un avance del impresionante trabajo de Aftel.
Fuente: huffingtonpost.es///Traducción de Marina Velasco Serrano