Por Martín Volman
DELETRIX: Fanatismo, censura: preservar el dogma sin fisuras, limitar la libertad de pensar y expresar. El lenguaje en suspenso. Opacar las palabras, vedar el conocimiento, atentar contra la inteligencia. Gestos de agresión –innecesarios, inútiles– filtrados por el tiempo: remiten a la plasticidad de un Pollock, un Tàpies o un Mathieu. ¿Redime la estética, la violencia? JF
El fotógrafo catalán Joan Fontcuberta exhibe su proyecto Deletrix en el Centre d’Arts Santa Mònica de Barcelona. La muestra y libro giran en torno a la censura, haciendo un recorrido y análisis históricos basados en textos escritos desde que el mundo es mundo y que fueron censurados. Este proyecto fue apoyado por el PEN Catalán, organización que ostenta ocuparse de trabajar a favor de la libertad de expresión y de la libertad de circulación de ideas.
Fontcuberta visitó numerosas bibliotecas de España y Canadá para registrar fotografías de los textos censurados. Pero eso no fue todo. En Deletrix, además se incluyen videos y proyecciones.
El proyecto se compone de páginas tachadas, arrancadas y borroneadas. Abarca, entre otros tantos, desde los libros de Erasmo de Rotterdam, la obra de Tapies, las partituras de Jean Baptiste Lilly y la de Salman Rushdie hasta manuales de anatomía donde se omite todo lo referido al sexo.
Los textos, acompañados por reflexiones sobre la censura, están en su mayoría dañados. De ahí nace la nueva lectura que se genera de “lo censurado”: La censura no pudo destruir ni terminar con las ideas.
Fontcuberta nos muestra que contrariamente a lo que uno piensa, la censura puede ser tangible.
Tiene su huella, deja su rastro en el texto, en la partitura y en la obra de arte. Así, la violencia ejercida mediante la censura y la prohibición, deja su marca de agresión en forma gráfica.
La muestra podría pensarse como una forma de poder resignificar el pasado y nuestra historia, de traer a discusión la diferencia entre el mostrar y el ocultar, pero a la vez de poder reflexionar sobre un tema del que todos sabemos pero del que pocos hablan.
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