Si bien la versión más grande de esta obra se exhibió el año pasado en la explanda del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires, obra propiedad de Eduardo Costantini, ahora una versión más pequeña e inflable se exhibe hasta junio en el ingreso del Rockefeller Center de New York en honor a los niños explotados y perdidos.
Esta obra de arte público de Koons constituye una causa sensible para el artista, dado que su ex esposa ilegalmente se llevó a sus dos hijos a Italia prohibiendo que Koons los visite.
La obra podrá verse hasta el verano neoyorkino cuando por cuestiones climáticas será desinflada, convirtiéndose así en una obra de arte efímero.