Por Gaby Larralde
Las sirenas invertidas (en griego antiguo, Σειρήν Seirế nιρή) son seres olvidados, borrados de la historia. En la mitología griega se define a las sirenas como deidades marinas, bellas mujeres con cola de pez. Sin embargo, gracias al Observatorio del Mar de la República Argentina (ObseMar) hoy sabemos que existieron cerca de nuestras costas sirenas con otra fisonomía: cabeza y torso de pez, piernas de mujer. Los registros de estas sirenas invertidas fueron destruidos cerca del siglo XIII. La responsable fue Leonor de Castilla, esposa de Eduardo I, Rey de Inglaterra. En el festejo por su cumpleaños número 30, Leonor escuchó a un navegante del reino hablar sobre sirenas invertidas. Al instante, Leonor se fascinó ya que vio en ellas un potencial que las sirenas clásicas no tenían, las nuevas no sólo podían gozar, sino también engendrar.
Lo que para Leonor fue fascinación para los navegantes resultó una amenaza. Luego de tener relaciones con ellas empezaron a ver como quedaban embarazadas. Aterrados por una posible desestabilización del mundo comenzaron a asesinarlas. También a sus descendientes. Al enterarse de la masacre, Leonor se encargó de alertar a los escribas de su confianza para que borrasen cualquier pasaje, en los cuadernos de viajeros y navegantes, donde aparecieran avistajes de sirenas invertidas para que no pudieran hallarlas. De aquella masacre y de los restos encontrados en 2014 en Mar de Ajó, emerge esta muestra arqueológica como recuerdo a Leonor y homenaje a aquellas sirenas que fueron asesinadas y desterradas de la historia universal. En El Sábato Espacio Cultural UBA Económicas, Uriburu 763. De Lunes a Sábados de 11 a 21.