activismo

Filoctetes 2001/2021: acción y archivo

Written by Cristina Civale

En diciembre de este año se cumplirán 20 años del estallido de 2001 en el que el grito de «que se vayan todos» aulló en nuestras calles y recorrió el mundo como la posibilidad de una decapitación, por fin, del sistema neoliberal. El artista interdisciplinar Emilio Garcìa Wehbi organizó pocos meses después una acción que llamó Proyecto Filoctetes, una intervención poética en el espacio público que replicó sin mímesis aquello que la multitud había tomado como propio: la calle. El proyecto no se centró en el poder de la protesta sino en los vestigios de eso que el neoliberalismo necesita para seguir existiendo: un remanente humano despojado que en su situación extrema se visibiliza a través de hombres y mujeres en situación de calle. El artista, entonces, colocó muñecos, perturbadoras réplicas humanas, en distintos puntos de la ciudad, cuando ese paisaje -que hoy se encuentra tan naturalizado- constituía la premonición de una catástrofe intolerable pero inevitable. El tiempo lo demostró. Las acciones efímeras tuvieron lugar no solo en Buenos Aires, las réplicas humanas, el remanente necesario que alimenta este sistema, también habitó como un insulto las ciudades de Viena, Berlín y Cracovia, detonando con acierto un gesto repudiable del mundo contemporáneo.

Hoy Maricel Alvarez, otra artista multidisciplinar, encara la tarea de armar un archivo de esa acción, profundizando la intervención de Wehbi con textos escritos ad hoc, con la recolección de fotografías de la época en cada una de las ciudades, con una colección de videos y con una acción final que tendrá lugar en diciembre en el Centro Cultural Kirchner. Fue con ella con quien hablamos para ahondar en la acción y en la importancia del archivo que organiza con minuciosidad para seguir perturbando ahora desde la memoria, una memoria que debe ser activa, necesariamente revulsiva. Aquí de la A a la Z qué fue la acción y qué es el archivo.

-¿Quién fue Filoctetes, además de un héroe signado por el uso del arco y la flecha?
De la tragedia del héroe griego, se conocen las versiones de Sófocles, Eurípides y Esquilo. Filoctetes, heredero del arco de Heracles es mordido en su pie izquierdo por una serpiente camino de la guerra de Troya. Su pie se infecta y él enferma. Ante sus desgarradores gemidos de dolor y por el insoportable hedor de su herida, sus compañeros lo abandonan a su suerte en la isla de Lemnos. Como sostiene Marcelo Percia en su texto para DERIVAS (sección de pensamiento sensible y crítico de nuestro archivo), una de las paradojas de esta tragedia es que «la tripulación de guerreros habituada a matar o morir no puede tolerar el tiempo sin fin, el dolor y la putrefacción: la demasía de vida». Transcurren diez años hasta que los griegos vuelven a buscarlo allí mismo a donde lo habían abandonado: necesitan de su legado (arco y flecha de Heracles) para conquistar Troya. Antes olvidado, excluido por sus pares, ahora nuevamente útil, necesario. Este comportamiento se ve reflejado claramente en nuestras sociedades contemporáneas. Todo ser humano que no pruebe ser útil y funcional al sistema capitalista de producción y consumo es condenado a vivir en la miseria, el desamparo y la soledad.  

-Cuál fue el efecto que esperaron provocar con los muñecos como «ciudadanos en situación de calle»?

Para Emilio García Wehbi, creador de la intervención urbana Proyecto Filoctetes, en las grandes metrópolis existen “dos tipos de gente, los transeúntes, los que la atraviesan, y los que la habitan realmente”. En los fundamentos de su proyecto, el artista plantea que su objetivo es interrogar en términos estéticos el vínculo establecido entre esos habitantes de la ciudad, para él ligados en una “normalidad sospechosa”. En definitiva se trató de instalar un hecho artístico en la vía pública que permitiera plantear interrogantes referidos a lo artístico, lo social y lo político. -Recordanos las reacciones que produjeron estos seres hasta entonces de ficción?
En Proyecto Filoctetes la ciudad se convirtió en un espacio en donde las fronteras entre realidad y ficción se diluyeron y en donde todo transeúnte fue a su vez espectador y actor. No se trataba ya de un público advertido que voluntariamente va en busca de arte, sino que en este caso el arte irrumpía en el espacio común y lo «tomaba por asalto». Los cuerpos en la calle, efectivamente, provocaron y conmocionaron a los inadvertidos e involuntarios espectadores. Las reacciones conforman un abanico amplio de los posibles gestos de quienes componen el tejido social: de la más rotunda indiferencia, el enojo o indignación a la empatía y solidaridad. Lo interesante del gran cuerpo documental que produjo esta obra es observar y escuchar los diferentes gestos y testimonios que pudieron capturar los participantes de la experiencia de las reacciones de los miles de transeúntes/espectadores de esta intervención. Gran parte de este material se puede ver hoy en nuestro sitio web y será expuesto en la muestra que inauguraremos en diciembre en el CCKirchner.   

-En 2001,¿parecía ciencia ficción o se intuía que podía suceder realmente?

Este proyecto artístico fue un gesto para poder entender la crisis social, económica y política que atravesó la Argentina y que desembocó en el estallido de 2001. A su vez, se intentó problematizar en términos metafóricos el nivel de indiferencia de ciertos sectores de nuestra sociedad en relación a la profunda y creciente desigualdad que aquella crisis dejó en clara evidencia expulsando literalmente a la calle a todos los que se «cayeron» del sistema de vida capitalista. 


-En sus vidas como artistas, por entonces basicamente dramaturgos, como concibieron la dramaturgia de la calle performáticamente?

Emilio Garcìa Wehbi y yo venimos de las artes escénicas y de la práctica de la performance, un desprendimiento dinámico de las artes visuales. Siempre nos interesó trabajar en los bordes de las disciplinas, cruzando lenguajes e hibridizando formatos. Aquella intervención urbana y otras acciones que desarrollamos en el espacio público son un aspecto de nuestro proyecto artístico que se viene desarrollando desde fines de los 90 hasta la actualidad. La acción se diseñó con un año de antelación, su planificación fue compleja en términos logísticos (por todos los permisos que hubo que tramitar) y, concretamente, durante la semana previa se trabajó fuertemente en los lineamientos conceptuales y en los detalles prácticos con el gran grupo de estudiantes que participaron.


A 20 años: ¿cómo se evalúa esa acción?
Esta pieza es un hito en nuestra historia como artistas. Con la historicidad a favor hemos podido analizar las distintas capas de sentido que tuvo realizarla. En conversación con intelectuales, académicos y colegas la hemos analizado, casi desmenuzado (mucho de ese material también se encuentra hoy en el archivo y se puede consultar). En aquel entonces la acción fue fuertemente criticada, con una mirada hasta agresiva, descalificadora. Aquellos que leyeron que la acción se inscribe dentro de una tradición de arte situacionista, político y activista, pudieron verla con otros ojos. La «opinión pública» y los medios de comunicación con su sesgo moralista y disciplinador, trataron la noticia de manera sensacionalista y desestimaron su carácter artístico.


-¿Cuál es la relevancia de organizar un archivo de esas acciones efímeras? ¿De d´nde tomaron los registros? ¿Tuvieron visión en en el momento de la acción de guardarlas?
El registro documental fue parte fundamental de la acción. La documentación fotográfica, fílmica y sonora se realizó durante la intervención misma. Ese material fue conservado y archivado durante años para su futura catalogación. La idea del archivo estuvo siempre presente. Pudo activarse en 2020, en plena pandemia. Pensar un archivo, desde la perspectiva de quien proviene de las artes vivas, es un problema estimulante y complejo. Hoy, el corpus documental de Proyecto Filoctetes nos permite, no sólo revisitar y repensar nuestra obra si no también formularnos preguntas acerca de nuestro presente y el de las artes a partir de una acción realizada 20 años atrás.


-¿Desde donde se puede consultar?
El archivo se consulta de manera digital a través de su sitio web y sus canales de Youtube y Soundcloud. Allí se encuentran digitalizados los documentos de las intervenciones realizadas en las ciudades de Buenos Aires, Viena, Berlín y Cracovia entre los años 2002 y 2007. A su vez, la sección DERIVAS del sitio se actualiza todos los meses con ensayos inéditos, especialmente solicitados a académicos, artistas e intelectuales que reflexionan sobre proyectos de esta naturaleza u otros temas que se relacionan directamente -o de forma más frágil- a los ejes ARCHIVO / ARTE Y ESPACIO PÚBLICO.


-¿En qué consistirá la acción en el CCK?

En diciembre de 2021, al cumplirse el 20 aniversario del estallido social (disparador de la idea de Proyecto Filoctetes) llevaremos a cabo una gran exposición con documentos tanto del proyecto como del archivo en el CCKirchner. A su vez, y gracias al apoyo de Fundación Medifé, el mismo día de la inauguración, 11 de diciembre, celebraremos la realización de un coloquio sobre arte y espacio público (también con curaduría del equipo de Archivo Filoctetes) en el cual participarán notables artistas, curadores y académicos tales como Marcelo Expósito, Ana Longoni, Gabriela Massuh, Nicolás Cuello, Grupo Etcétera, Verónica Gago -por nombrar sólo algunxs-. La idea es abordar la crisis de comienzo de siglo, las preguntas que puede formular el arte para reflexionar sobre los acontecimientos de nuestra historia reciente y el rol (y el potencial) del artista como archivista.

Fotografías: gentileza Archivo Filoctetes. Fotografxs: Amalia Retamozo, Lidia De Faveri y Margarita Antonini.

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Cristina Civale