La Naturaleza, fuente de inspiración de artistas de todos los tiempos, es el hilo conductor, el tema de la muestra que presentan Enrique Testasecca, Adrián Mazzieri y Serge Steijn en KILLKA Espacio Salentein, en Mendoza, una galería de arte en el medio de una bodega de última generación donde además de la bodega y la galería también se puede disfrutar de una sala de teatro, un bar al paso y un restaurante. La galería, aislada del mundo gastronómico pero incrustada literalmente en el mismo paisaje de ensueño de cortadas y valles, presenta esta vez a tres artistas con sus representaciones no tan básicas de la naturaleza viva.
Cada uno de ellos propone una mirada singular sobre su entorno inmediato, sobre la Naturaleza procesada en paisaje, es decir, aprehendida, internalizada, sentida por el sujeto observador.
Los lenguajes varían: pintura, dibujo, fotografía. La manera en la que cada artista se sitúa frente al tema también: una es contemplativa, en la otra el sujeto es parte intrínseca y protagonista, en la otra gobierna lo analítico-conceptual. Lo que importa aquí no es tanto el cómo, sino el qué. Es decir, qué es lo que cada uno plantea, argumenta, en su producción.
Testasecca pone énfasis en lo poético, en lo bucólico de su entorno más inmediato: el local. El desierto, la cordillera, el ambiente agreste, inmutable, silencioso. Enrique venera el paisaje, y nos muestra su inmensidad. Se trata de un artista que ha recorrido y vivenciado una y otra vez los horizontes que representa, los siente parte de sí, indivisibles a su ser.
En el caso de Adrián Mazzieri, la influencia de la filosofía oriental es clara en su acercamiento contemplativo. El hombre que contempla pero de manera activa, es decir, vivenciando la fuerza sublime del paisaje. Esta sublimidad otorgada al paisaje marca, al mismo tiempo, una actitud romántica. El hom- bre de espaldas, que somos nosotros mismos, es decir, que no es nadie en particular, pero que es todos al mismo tiempo.
Serge Steijn propone dos series de fotografías. En una de ellas plantea pai- sajes abstractos. Son atmósferas sentimentales, donde lo digital y la tecnolo- gía contemporánea marcan su impronta pero a la vez lo retro juega un gran papel. La otra serie trata sobre paisajes tomados en un viaje realizado por Sudamérica en el año 2014.
Es interesante cómo desde un mismo tema disparador, surge desde cada protagonista una versión particular, que tiene que ver con el bagaje con- ceptual, las experiencias acumuladas, las distintas maneras de sentir. Esta exposición es una oportunidad para transitar esta diversidad de paisajes.