Mañana abre en el Centro Pompidou de París la mayor exposición dedicada en 30 años a Salvador Dalí, cuya figura personal -excéntrica, provocadora, hipernarcisista, obsesionada por el sexo y el dinero- fue tan fuerte que terminó imponiéndose y opacando la genialidad de su arte.
El gran masturbador
Según Manuel Borja Villel, director del museo Reina Sofía de Madrid, que unió esfuerzos con el Pompidou para organizar la muestra, la retrospectiva busca revalorizar el trabajo de Dalí, uno de los artistas más fascinantes y polémicos del siglo XX. Se exhiben unas 200 obras de todas las épocas del artista – pinturas, esculturas, objetos, dibujos-, algunas nunca antes expuestas.
Una espectadora de la instalación Mae West
«Lo ‘daliniano’ ha absorbido frecuentemente a Dalí. Por eso esta exposición es necesaria, porque nos exige leer entre líneas, ir más allá de las máscaras que él construía», dijo Borja Villel, en la presentación de la exposición a la prensa. Máscaras o no, algunas de las posturas de Dalí lo convirtieron en un personaje no muy simpático, autor de frases como “Franco era un santo” y “La libertad es una mierda”.
La persistencia de la memoria (1931)
Para que esas máscaras pasen a segundo plano, la muestra logró préstamos de piezas esenciales, como «Metemorfosis de Narciso», de la Tate Modern; «El gran masturbador», del Reina Sofía, además de «La persistencia de la memoria» y la famosa instalación «Mae West», entre otras.
La metamorfosis de Narciso, 1937
La última retrospectiva consagrada a Dalí, que tuvo lugar en el Centro Pompidou en 1979, según recordó su director, Alfred Pacquement, fue un récord de público: poco menos de 900.000 visitantes. La retrospectiva que se inaugura mañana en el Pompidou, se exhibirá en el Reina Sofía desde el 24 de abril de 2013.