Blasfemia. Herejía. Atrevimiento. «¿Quiénes son para hacer esa pregunta?», pensarán muchos irritados; otros se regodearán y agitarán su cabeza afirmativamente pensando, quizá: «al fin alguien lo dice».
Pensamos esto. Existe una sobre exposición de su vida y de su obra en lo medios, una saturación que puede banalizarla e incluso darla por sentada en sus quiebres y apuestas de ruptura. En su más absoluta genialidad.
Por eso nos alegra que, por fin, un museo se pongan las pilas y arme un guión curatorial que apueste a una faceta neta, diríamos que escurrida, de su obra. Un guión curatorial que tiene aplicadas la secreción de muchas neuronas.
Sólo pinturas en blanco y negro en una expo que se exhibe en el Guggenheim de NYC desde hoy, 5 de octubre, una sucesión de 118 obras creadas en el largo arco de su carrera. Desde 1904 hasta 1973.
Hablamos de Pablo Picasso. Black & white.
En estas obra, Picasso, expurgó el color a favor de destacar la estructura formal de sus cuadros y de poner el acento en la autonomía de las formas. De todos modos, dicen los expertos, «el motivo recurrente de blanco, negro y gris es evidente en su período azul y en su período rosa, estudios pioneros del cubismo y pinturas figurativas neoclásicas. (…)Aún en su trabajos tardíos que mostraron las atrocidades de la guerra continuó aplicando una reducción del color».
Sí, te contestamos. Nos gusta Picasso. ¿Y qué?