Curran Clark es una fotógrafa originaria de Manhattan que se mudó a Los Angeles, curiosa apuesta. Siempre fue una chica diferente, de esas que aquí nos gustan. Mientras vivía en NYC, trataba de vender su obra en el Central Park y se cuenta que intentó hacer films extraños que no llegaron a ser exhibidos por zarpados. Nadie vio jamás alguno. Son pura leyenda.
Su trabajo parece influenciado por David Lynch, Ralph Eugene Meatyard y Roger Ballen.
Pero ella es ella con sus especulaciones no tan sutiles sobre el género y sobre su amor animal, concentrado especialmente en cierta clase de perros.
Sus fotografías son frecuentemente oscuras, temerarias y parecen provenir de películas de terror. De todos modos, dado que es una chica menuda, sus colegas y el público en general se refieren a ella como una persona pequeña, pero ella prefiera que la llamen la «enana que asusta».
Curran en estos momentos se encuentra trabajando en una serie de retratos que expresan sus sentimientos acerca de la feminidad, la religión y… los perros. Sí, es una chica curiosa, no nos cansaremos de repetirlo.