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Ausencia de objeto: ¿cuál es el límite de la manipulación sobre una obra ajena para convertirla en propia?

Written by Cristina Civale

Michael Somoroff fotógrafo consagrado en revistas de moda y tendencias, trabajo sobre los retratos imborrables en nuestra memoria de August Sander y justamente les quitó su esencia: los rostros que protagonizaban cada toma y así armó la muestra perturbadora, Ausencia de objeto, que se ve desde hoy en Tenerife. ¿Por qué borrar los rostros cuando ellos constituyeron la marca esencial de la obra de un artista? Es la pregunta que flota, como una pregunta idiota – estúpida, única- en esta muestra.
Así es, si por algo todos recordamos la producción del fotógrafo August Sander es por sus personalísimos retratos de los rostros de la sociedad alemana de entreguerras, imágenes que en principio formaron parte de la publicación Rostro de Nuestro Tiempo (Antlitz der Zeit) (1929) y que después conformaron el más amplio Gente del Siglo XX (Menschen des 20 Jahrhunderts), un proyecto al que Sander dedicó toda su carrera.
Farmers Child
Rostro de nuestro tiempo ya contenía una selección de 60 retratos que buscaban ofrecer un perfil representativo del panorama social de la República de Weimar desde un enfoque neutral y tratando de compendiar imágenes de sujetos de todas las profesiones, clases, edades y ocupaciones a partir de siete secciones: la granja, los oficios y comerciantes, las mujeres, clases y profesiones, los artistas, la ciudad y la última, gente (personas sin hogar, veteranos, etc). Aquel libro recogía sesenta, pero Sander realizó 600 fotografías de alemanes que identificaba mediante pies de imagen relativas a referencias o tipos sociales.
Farmers Child

Farmers Child

El proyecto que se presenta en TEA. Tenerife Espacio de las Artes supone una vuelta de tuerca sobre aquel enciclopédico proyecto. Michael Somoroff, fotógrafo que ha colaborado con Vogue, Harper’s Bazaar, Stern y Life y que se confiesa influenciado por Brassaï, Andreas Feininger, Louis Faurer y Andre Kertész, llevó a cabo un particular homenaje a Sander, obsesionado por la observación y la interpretación, por la memoria, la imaginación, la resistencia humana y la creatividad y por el poder del arte como herramienta de reforma social, borró, software mediante, los sujetos de cada una de las imágenes de Sander permitiéndonos ver sólo sus fondos.

Middle-class Child     Middle-class Child

Middle-class Child

Esos fondos, absolutamente secundarios en los trabajos originales del artista alemán, pasan a convertirse en motivos principales y vendrían a demostrar el magnetismo de la obra de Sander incluso cuando falta el sujeto humano.
¿No es abuso, violación, impunidad sobre una obra ajena? El efecto de postproducción sobre las imágenes inicialmente captadas; ¿las mejora y produce un nuevo sentido superador? Pura zozobra.

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Cristina Civale