En la mayoría de los países del mundo, los ciudadanos que tienen una queja con respecto a sus instituciones públicas pueden pasarla por escrito mediante los canales regulares o esperar a hacerla en algún evento de intervención pública, pero en Seúl, la capital de Corea del Sur, hay otra opción: gritársela a una oreja de dos metros y medio.
Esta pieza, diseñada por la artista y arquitecto Yang Soo-in para Lifethings, es una escultura llamadaYeoboseyo (que se podría traducir como la interjección telefónica ¿Aló?), realizada en bronce que actualmente adorna el nuevo ayuntamiento. Su función es recibir todas las quejas y peticiones de los habitantes de Seúl.
El proceso se inicia con detectores de movimiento que encienden una grabadora cuando alguien se acerca para dejar un mensaje. La grabadora registra la queja o solicitud y luego las reproduce en la Oficina de Asuntos Ciudadanos, en el sótano del Ayuntamiento. Los reclamos son sometidos a un análisis: las quejas que son más escuchadas permanecen en la lista de reproducción y las menos populares son convertidas en música de fondo a través de un proceso de mezcla.
El alcalde impulsor de lo que varios medios ya llaman The Big Ear, Park Won-soon, expresó su deseo de establecer durante su mandato un lazo más cercano con los ciudadanos y promover la comunicación en tiempo real por las redes sociales. La compañía que está detrás de la instalación, Lifethings, concibe esta pieza como “un ecosistema digital en el cual los mensajes son pasados a futuras generaciones o como abono”. Ahora bien, no se dice nada sobre si estas quejas son tomadas en cuenta para arribar a una solución.
Fuentes: The Atlantic Cities, Seoul.go