Por Martin Volman
“Contamos historias porque finamente la vidas humanas necesitan y merecen ser contadas” Paul Ricoeur
Anima, alma. El alma para Aristoteles asegura la armonía de las funciones vitales. ¿Qué relación puede haber entre el alma y la fotografía, entre el alma y el recuerdo?
Carolina Magnin exhibe diapositivas de álbumes familiares. ¿Por qué diapositivas? En conversación con Jaque al Arte la artista explica. “La diapositiva tiene la particularidad de no ser pensada para su reproducción, por lo cual es más frágil y única. “Además tiene la característica de que «cobra vida» solamente iluminada de atrás, si no es un fósil, un objeto sin vida”, agrega Magnin.
Con colores intensos, las imágenes están impresas sobre vidrio, lo que reafirma la fragilidad de las relaciones, de los recuerdos y por qué no de los seres humanos.
Ya no importa si son los recuerdos de ella, su familia o de conocidos. Magnin se se corre de la anécdota, de lo lo nostálgico, de los posibles relatos anclados en la imagen. Su obra hace referencia a los recuerdos en general y a la materialidad de la imagen, recuerdos que parecen no mutar.
Si la fotografía da cuenta del paso del tiempo y es una forma de combatirlo, aquí, Magnin más bien se da cuenta de otro rasgo del paso del tiempo: capa a capa se van ven las marcas de las imágenes: cambios en su textura, polvo y huellas de los dedos. En esas imágenes que podían ser pensadas ‘para el descarte, Magnin logra no solo recuperarlas y volverlas a dotar de significado.
Anima, un viaje hacia (y desde) la memoria.
La exhibición se puede ver hasta el 30 de Septiembre en el Museo de Arte Contemporaneo de Salta (MACSA), Dr. Facundo de Zuviria 90, Salta Capital.