El trabajo de Ree Morton (Ossining, Nueva York, 1936 – Chicago, 1977) se sitúa en el contexto de la escena artística de los Estados Unidos a principios de los años 70, caracterizada por una enérgica reacción contra el expresionismo abstracto de la posguerra, que se plasmó, por un lado, en el minimalismo; y, por otro, en el arte conceptual y el arte pop. Confesa feminista, su labor se encuentra próxima a las estrategias artísticas surgidas en torno a movimientos como el Pattern and Decoration, el Fiber Art o a lo que Lucy R. Lippard definió como la “abstracción excéntrica”.
La exposición en el Museo Reina Sofia de Madrid llamada Sé un lugar, sitúa una imagen, imagina un poema, con más de 100 obras entre instalaciones, dibujos, pinturas y esculturas, aspira a convertirse en un nuevo punto de referencia en el estudio de su trabajo, consolidando la investigación realizada hasta ahora para crear la retrospectiva más completa hasta la fecha.
Como dice el crítico de El Mundo, Victor del Río, : «Entre los matices que distinguen a Ree Morton, quizá el más revelador sea su poética del espacio de la subjetividad, en el que las cosas se ordenan a través de lo afectivo, mediante una peculiar topología basada en las vecindades de los objetos, y en la que el dibujo se muestra como un potente instrumento narrativo y de escritura. Esto se traduce en una tendencia a recurrir a los mapas y a los diagramas, a dibujarlos y a escribirlos para mostrar ese extraño vínculo de la vecindad. En esa cercanía de los objetos y las palabras que se les adhieren, con los que nos rodeamos para asignar un relieve afectivo al entorno, Ree Morton busca un lugar que como espectadores trataremos de reconstruir. La exposición misma supone, en efecto, una cierta reconstrucción, un rescate de estas obras que tiene que hacerse en algunos casos a través de la fotografía y el archivo, remontando las dificultades de una pérdida material, a veces por su condición efímera o por la fragilidad manifiesta con la que fueron concebidas».