En vísperas de cumplir diez años de trabajo colectivo, Sub, Cooperativa de fotógrafos presenta su nueva exposición: Puerto Quilombo, en colaboración con la curadora Victoria Verlichak. La muestra inaugura el jueves 13 de noviembre 2014, a las 19 horas, en la Sala 12 del Centro Cultural Recoleta.
Sub es una cooperativa de fotógrafos nacida en Buenos Aires a fines de 2004. El proyecto está integrado por 7 miembros: Gisela Volá, Nicolás Pousthomis, Gerónimo Molina, Martín Barzilai, Verónica Borsani, Gabriela Mitidieri, en Buenos Aires, y Olmo Calvo Rodríguez, en Madrid.
Su trabajo profundiza en la creación de una identidad colectiva y la realización de investigaciones fotográficas. Los miembros de Sub comparten ideas para establecer horizontes posibles y deseables hacia donde caminar juntos. La búsqueda y el aprendizaje constante en discusión y consenso, es una apuesta en común en desarrollar ideas y estrategias para que este proyecto de trabajo colectivo que cumple 10 años.
Es también un espacio de trabajo colaborativo en el cual las decisiones se establecen de manera horizontal. Los integrantes de la cooperativa mantienen un salario igualitario a través de un fondo común. Difunden sus trabajos a través de la prensa nacional, internacional, y en espacios que pueden variar entre una sala de exposición y la vía pública. No sólo intervienen fotógrafos, sino que participan activamente diseñadores, periodistas y escritores, en un intento de complejizar a partir de múltiples herramientas y lenguajes diversos, las narraciones que se desarrollan. «Porque ante todo somos contadores de historias».
El colectivo ha editado el libro «Cumbia» (2006). En 2009, recibió el 1° Premio de la Bienal de Arte de Cuenca, Ecuador. En 2011, el 1° Premio del Concurso POYI (Picture of the Year Latinoamérica) en la categoría «Retrato de vida cotidiana», y en 2013, el 2º premio en la categoría «Nuestra Mirada». Recientemente, fueron galardonados con la mención del jurado del premio Petrobras 2014.
En esta celebración de su década ganada, con un montaje que desborda el formato de muestra fotográfica, explora las posibilidades de la fotografía como instalación y el relato visual como experiencia. Se presentan imágenes de gran tamaño en distintos formatos y técnicas, intervenciones que remiten a códigos visuales callejeros, cajas de luz y video.
Puerto Quilombo, en honor a esos territorios autónomos creados por esclavos cimarrones, es un territorio imaginado; una zona de transición y espacio de encuentro construido colectivamente. Puede leerse, incluso, un juego lingüístico alusivo al desarrollo enmarañado y en constante transformación de las ciudades latinoamericanas.
Como en un palimpsesto, se reescriben estilos y técnicas fotográficas; el documento se vuelve poesía para cimentar esta metrópoli soñada que dejará de existir sólo para volver a erigirse en otro lugar.