Mi proyecto Muchos Días Felices llega a Mar del Plata.
Hace unos días cuando solicitaba que me ayuden a difundir la nueva acción que haré con él a partir del próximo 6 de julio en el hall del Museo Mar de la ciudad feliz, me preguntaban si en el contexto actual este proyecto seguía estando vigente o con la potencia que surgió hace ya siete años y por el que pasaron miles de personas. Me corrió un frío por la espalda.
Al día siguiente nos enterámos del acto más salvaje televisado: el gobierno de Donald Trump metió en jaulas a niños migrantes alejados de sus padres, no se sabe por cuanto tiempo ni por qué razón. En Chechenia hay campos de concentración para homosexuales. En el sur de nuestro país o en el conurbano matan por la espalda a jóvenes que defienden el territorio o que simplemente salen a comprar una pizza.
Marta Minujin, el día más feliz, fué una noche cuando vi por primera vez el Partenón de libros iluminado.
Alberto Passolini, acto de fin de año dequinto o sexto grado, fui el primer bailarín del número musical «Fiebre de Sábado por la noche».
Hablar del “día feliz” en medio de estos tres ejemplos, elegidos al azar de entre miles, parece un delirio. Pero encontrar, en el medio de este desastre en el que vivimos, esa pequeña rendija que nos permita detenernos en el instante de dicha, es nuestra mejor forma de hacerle un gran “fuck you” a quienes nos quieren hundir en el barro que ellos imponen como “la realidad”.
Ser feliz y permitírnoslo es un verdadero acto de rebeldía.
Daniel Joglar, (Muchas felicidades para torta apilados), 2008
Elba Bairon y su casa de la infancia en La Paz
Organizarnos, militar, conectarnos para oponernos a estas grandes opresiones y en el camino de estas luchas encontrar el momento para detenernos en la cara de nuestra persona amada, esa planta que dio su brote, encontrar la luz que nos puede dar un poema, el registro del abrazo con lxs compañerxs de lucha con lxs que conquistamos la media sanción de la ley de aborto legal, seguro y gratuíto (vamos por la otra sanción que la convierta en ley) o en la morisqueta que nos hace nuestra mascota, eso es Muchos días felices, captar ese pequeño respiro, plasmarlo de la forma que cada uno quiera y tener el generoso gesto de permitirme guardarlo en el sitio, espacio que cuando creamos que “ellos” van ganando, nos permita saber que el poder está en “nosotres”.
Santiago Bengolea, el cumple n° 11 de Pampa, mi querido compañero
Francisca Yáñez Varas
Si están por Mar del Plata, les espero, sino visiten el sitio online o la página en Facebook para seguir las próximas acciones en espacios alternativos.
PH de portada: Cristina Schiavi