Por Francisco Medail
En su primera exhibición individual en Argentina, Nino Cais presenta una selección de collages producidos a partir de imágenes fotográficas extraídas de libros y publicaciones antiguas. En línea con su último trabajo exhibido en el Palacio de las Artes de San Pablo, el artista retoma la práctica del montaje para enfatizar el carácter material de las imágenes y la fragilidad de los cuerpos representados.
Los collages de Nino Cais pueden ser vistos como un acto de desplazamiento, la transición de un significante despojado de su significado de origen en vías de un nuevo contexto de significación. El artista trabaja con imágenes en desuso, elementos visuales de libros y revistas antiguas que han ido perdiendo su vigencia a través del tiempo. Son ruinas, fragmentos, remanentes de información. Recuperarlas de su nicho de muerte para establecer nuevas posibilidades de codificación es un gesto estético político muy particular para una época que se caracteriza por el predominio de las economías digitales y la sobreproducción visual.
Es que en este desplazamiento a Cais le interesa recuperar la dimensión material de las imágenes, su condición de objeto. Las exhibe como elementos arqueológicos, con sus marcas, texturas, pigmentos. Evidencia la fuerza matérica y los efectos del tiempo sobre ellas. Produce nuevos sentidos, habilita otras experiencias. No es menor el hecho que trabaje con impresiones fotomecánicas, es decir, fotografías reproducidas a través de fotograbados. No se trata de originales fotográficos ni copias vintage, ni tampoco poseen elementos que hagan referencia a algún tipo de convención artística. Son imágenes que fueron (re)producidas con un fin exclusivamente informativo, y que el artista ingresa al sensorium del arte para dotarlas de nuevas cualidades sensibles, de nuevas posibilidades de significación.
La fuerza material de estas imágenes enfatiza a su vez la representación del cuerpo que hay en ellas. Fragmentación, anulación y ocultamiento son algunos de los procedimientos que Cais utiliza para poner en evidencia la relación existente entre el cuerpo humano y el mundo que lo rodea. Para el artista, el cuerpo es la matriz que moldea todos los elementos de nuestro habitar cotidiano; actúa sobre los objetos y les da sentido en la medida en que ellos también interfieren y ejercen acción sobre él.
En estos collages, los cuerpos oscilan entre su capacidad de acción y su fragilidad interna. A su vez, Cais traslada esta tensión a otras materialidades, haciendo uso de la instalación y la escultura para representar al cuerpo desde su contrapartida absoluta, desde su propia ausencia.
