Crónicas

Lecturas recomendadas: ARCO x Fietta Jarque

Written by Cristina Civale

En El País.com Ruta de la imagen escrita

Hay varias maneras de visitar una feria como Arco. El coleccionista se debate en el (des)equilibrio entre inversión y placer, aunque el auténtico éxito de sus elecciones será finalmente la medida en que estas puedan satisfacer –ante otros y ante sí mismo- cierta ostentación de gusto y de acierto.
También espulga entre lo expuesto el especialista, en busca de piezas que alimenten los cajones de sus archivos mentales. Piezas que abunden en el nunca satisfecho volumen de su erudición. Entre ellos se encuentran los cazadores de tendencias. Los viviseccionadores del presente. Los opinadores. Aquellos que tirarán sus más afortunados hallazgos como dardos a sus homólogos, con cierto aire de suficiencia.
Luego, está el diletante. Que observa, busca, descubre, disfruta, pero no pretende nada. El diletante no dicta ni busca legitimaciones. Se deja llevar por signos. Esa cómoda posición le permite percibir detalles significativos solo para él. Irrelevantes, tal vez para el mercado y la historia del arte. No es el visitante ideal para los organizadores, pero la feria sí es un lugar ideal para él y ese espíritu deflâneur, de vagabundeo ilustrado.
Dicho esto, confieso que no me ha costado trabajo plegarme a la tercera opción. Durante el paseo por Arco fotografié esto y aquello. El resultado es una selección de obras hiladas por un tema que surgió por sí solo y casi desde el principio. En el teatro es sabido que si sube a escena un niño pequeño o un animal, estos se llevarán la atención del público mientras estén ahí, por encima de la actuación de los adultos. Algo inesperado puede suceder. De la misma manera, si una imagen lleva algún texto, sea una palabra o muchas, ellas capturan de inmediato la atención del espectador. El ojo no podrá dejar de leerlas. La mente, de atar su posible significado con aquella imagen. ¿Qué papel juega el texto en esa relación? ¿La completa, la subvierte, la reemplaza?
Así que en esta ocasión me he dejado llevar por las palabras en el arte de hoy. Estaban por todos lados. Me he leído la feria. ¿Y qué he encontrado?
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Para empezar, los contadores de historias. Muntean/Rosenblum, comparten espacio con el belga Rinus van de Velde.  Los primeros continúan sus episodios de emo-ficción juvenil, con leyendas como: “Sintieron lo aleatorio de la suerte. La desconcertante sombra de lo que fácilmente no habría podido suceder nunca”, bajo un paisaje algo manierista de un no-lugar en las afueras de la ciudad y dos parejas de jóvenes en actitud despreocupada. Van de Velde contrasta los tonos pasteles de la pareja artística con una lóbrega escena en blanco y negro, a lo Pettibon, también con una narración algo autodestructiva al pie. En la misma galería, el holandésMarcel van Eeden cuelga unos dibujos en grafito con escenas sueltas y frases insertas que forman un relato noir entre lo ficticio y lo documental.
Inmaculada Salinas Microrrelatos en rojo
Biografía y autobiografía llevan al terreno de lo visual asuntos de conflicto de género. Tres ejemplos, entre los muchos que hay: la croata Sanja Ivekovic  en su serieSunglasses (2002-2004, work in progress), recoge fotos de modelos de revista a las que aplica historias de mujeres maltratadas en primera persona. La españolaInmaculada Salinas, en el mismo espacio, despliega su instalación Microrrelatos en rojo (2012), con fotos propias y confesiones dramáticas. Diego del Pozo documenta en Deconstruyendo el oído (2007) varias secuencias de protestas contra el matrimonio homosexual en Francia.
Sanja Ivekovic  Sunglasses
Prosigamos. Los grandes diagramas basados en palabras y cifras de Art & Language (Index 18), Hanne Darboven (Un siglo y El año 1976) y Ferran Adrià (sí, el genio de la cocina, una vez más en medio de artistas) encierran obsesiones sobre procesos mentales de conceptualización.
Hanne Darboven
Ferran Adriá
Más sencillos son los eslóganes camp del finés Riiko Sakkinen, residente en Cervera de los Montes (Toledo) que elabora con los expertos ceramistas de Talavera platos tergiversando productos de consumo y personajes de cómic. En la antítesis estética están los trabajos del colectivo democracia y el presentado por Daniel G. Andújar.  El primero con “robocops” antimanifestaciones que “nos protegen de nosotros mismos” y el segundo con transcripciones de documentos desclasificados del atentado de Bengasi (11-S de 2012), tachados profusamente. Un ejemplo deStorytelling político como los que describe Salmon en su libro.
Riiko Sakkinen
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No quiero dejar fuera dos extremos de sabiduría y economía de medios. Economía, precisión, equilibrio. La de Lawrence WeinerStars don’t stay still in the sky (1990) yEl Roto, con una serie de viñetas sarcásticas sobre el arte contemporáneo.
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También hay neones de Pierre Huyghe (I do not own 4’33), en alusión a la composición silenciosa de John Cage, que indaga en el sentido de la apropiación; deAlfredo Jaar (Cultura=Capital) y piezas lumínicas de Jenny Holzer. Tres pesos pesados, brillantes.
Alfredo Jaar Cultura Capital
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Nicolas Robbio
Y libros. Libros multiplicados hasta el infinito mediante espejos, libros con lomos cinemáticos (Eugenio Ampudia), libros vacíos (Nicolas Robbio) y libros representados como murales de fieltro, en el trabajo de la chilena Mónica Bengoa. Me detendré en esta obra, como fin de trayecto. El literalista: lecciones de mirar, recoge un texto de Georges Perec, Still Life / Style Leaf, en el que se describen los objetos que hay sobre la mesa de trabajo de un escritor. La elaboración parte de un complicado juego entre imagen fotográfica y texto, negativo y positivado. Por el suelo están las letras desordenadas, “caídas” del escrito. Y es que, en realidad, todo lo existente y lo ilusorio, lo pensado y lo inexpresable, está contenido en el poder del interminable del alfabeto.
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Cristina Civale