Felipe Ehrenberg (México, 1943) se presenta como neólogo, investigador de lo nuevo. Y es ese concepto de lo experimental el que ha desarrollado desde la década de los 60, como él dice, siendo “artista, cronista, archivista, profesor, político, diplomático, editor, actor, organizador, viajero incansable”, siempre infiltrándose en los territorios tanto de la alta cultura como populares. Cuauhtémoc Medina le califica en la escena cultural mexicana como “imposible de evadir”: “Ehrenberg es decisivo en encarnar la función del activista verbal-performático-visual que, desde una variedad de reclamos contraculturales, se ha dedicado a perturbar la santa paz de un medio artístico provinciano, exclusionario y mustio” [1].
Su trayectoria redefine y reivindica el papel social del arte a través de la adopción de modos innovadores y experimentales, tanto en el plano conceptual como técnico. Esta postura vital, comprometida, de resistencia y de cuestionamiento de cualquier concepto impuesto, se ve presente en todas sus incursiones, ya sean aquellas de cuño conceptualista, que le ligan a las experiencias Fluxus, acciones de crítica institucional y el replanteamiento de la relación del artista y el público, como las que indagan desde una postura post-colonial los imaginarios latinoamericanos en sus vertientes más populistas e irónicas, en las que reivindica, además de la lucha contra la violencia y marginalidad, la riqueza del anti-arte y el anti-gusto.
La exposición Felipe Ehrenberg 67//15, en la galería Freijo, en Madrid, presenta por primera vez de una forma monográfica su trabajo en España. Curada por Marta Ramos-Yzquierdo, reúne piezas y documentación del artista desde 1967 hasta la actualidad, recorriendo su trayectoria a partir de dos hechos significativos: su exilio en Inglaterra tras la matanza de los estudiantes en la plaza de Tlatelolco en 1968, hasta -después de idas y venidas- la vuelta a su país en septiembre de 2014. La selección de obras, dentro de su amplia y heterogénea producción, busca dar una primera aproximación a la trayectoria de Ehrenberg mostrando su posicionamiento como artista y ser político, su mirada crítica sobre la sociedad, siempre intentando romper cualquier imposición hegemónica, la valoración de la experiencia colectiva del acto creativo frente al valor del objeto de arte, y su desarrollo en el entorno urbano como lugar de convivencia contemporánea.
Entre las obras históricas cabe destacar las pinturas Enero (1967) y La caída (1968), realizadas antes de uno de los eventos decisivos de esa década tanto para México como para el artista. El 2 de octubre de 1968 tuvo lugar la matanza de Tlatelolco con la que el gobierno, que crea en este momento un grupo paramilitar de represión, apagó el movimiento estudiantil asesinando a casi una centena de participantes que aunaba, además de la comunidad universitaria, a intelectuales, obreros, amas de casa y otros profesionales. Ehrenberg, ligado a través de la difusión editorial y gráfica de los programas de protestas, se exiliará entonces con su familia en Inglaterra, no volviendo a su país hasta 1974.
Esta línea de atención sobre lo político y su organicidad social está presente en otros procesos de formación de imágenes que podrán verse en la muestra, en obras posteriores como la serie de dibujos inédita Carrero Blanco(1975), donde a través de diez láminas que parten de la intervención de la noticia de periódico sobre la condena al comando que llevó a cabo el atentado al almirante español, Ehrenberg realiza una reflexión sobre la libertad a través de diferentes formalizaciones abstractas. En Reflejos (1974), una serie de dibujos a lápiz usando plantillas en la que el artista repite con modificaciones mínimas la imagen de una pantalla de un televisor sobre el que se refleja una silla, ocurre un acto poético en el que se unen varias de las características formales de Ehrenberg -el dibujo, el uso de plantillas-, así como conceptuales, en el juego de palabras del título y la imagen -los reflejos reales y virtuales- y, al mismo tiempo, recoge esa continua atención al entorno expandido.
Tras más de una década viviendo en São Paulo, Felipe Ehrenberg retorna a México en septiembre de 2014. La situación política y social del país estalla unos días después tras la desaparición de los 43 estudiantes de Iguala perpetrada por la policía y ordenada por el gobernador de la ciudad. Un hecho que se convierte en un paralelismo involuntario con lo acontecido en el 68, y que Ehrenberg vuelve a seguir, involucrarse e interiorizar, resultando en una nueva serie de trabajos. Cuatro espejos ¿espejos? de tristeza y Seis ventanas a mi Casa/México -con ira y tristeza, ambos de noviembre de 2014, retoman la imagen/paisaje repetida como lugar de reflexión, esta vez con una mezcla tinta mimeográfica aplicada con rodillo o disuelta en thinner, gotas de sangre del autor, spray acrílico, Sharpie, lápiz y cinta plástica sobre papeles Revolución y Kraft hecho en Brasil.
Todos estos trabajos muestran la actitud de mirada crítica constante a la sociedad, que Ehrenberg atraviesa no sólo a través del análisis, sino también físicamente a través del uso del espacio urbano como lugar de encuentro político. Es uno de los pioneros en la realización de performances en México -la primera sucede en la capital en 1967, durante su muestra Kinekaligrafica. Sus acciones continuarán luego en Inglaterra, como The Tube-O-Nauts, en colaboración con Laus (Rodolfo Alcaraz), un viaje documentado por 17:50 horas en la red del metro subterráneo de la ciudad, o The Garbage Walk, que resulta en el filme de 16 mm La Poubelle: It’s a Sort of Disease – Part II, ambos trabajos de 1970 y cuya documentación está presente en la exposición de la galería Freijo.
Por último, durante la muestra, Ehrenberg reinterpretará la acción Evento hilado / String Event – El arte es sólo una excusa. Evento solista para cuerdas y voz (c. 1973), revisada en 2010. Desde hace siete años y bajo el nombre de Partituras Visuales, el artista ha propuesto la reinterpretación por otros artistas de varias de sus acciones realizadas desde los años setenta hasta la actualidad, como una propuesta de creación de pensamiento, reflexión y experiencia afectiva y cognitiva colectiva. Esta pieza, descrita como pieza “para cuerdas y voz”, se activa con la conexión entre el artista y el público a través de hilos o cuerdas, que irán creando diferentes tensiones con el movimiento del intérprete al explicar su visión del arte. El intérprete irá siendo amarrado por diferentes hilos al público, lo que irá coartando su libertad de movimiento, mientras declama su versión de la Historia del Arte.
PARTITURAS VISUALES
INTEPRETACIONES DE ACCIONES DE FELIPE EHRENBERG
El programa de Partituras Visuales se plantea como un trabajo en red y colaboración con instituciones y artistas de la escena local. A través del autoanálisis realizado por Ehrenberg sobre sus archivos y memoria, propone no una re-escenificación de sus acciones performáticas, ya fuera por el mismo o por otros, sino a convertirlas en un punto de arranque para nuevas interpretaciones que surgen en el trabajo de reflexión colectivo e intercambios emocionales que las piezas predisponen.
Por primera vez de viaje en Madrid, la comisaria independiente Marta Ramos-Yzquierdo en colaboración con el propio Ehrenberg organiza en el espacio de arte independiente Nadie, Nada, Nunca, No la realización de varias de las Partituras Visuales. Los intérpretes son Nieves Correa, Abel Louredo, Javier Núñez Gasco, Álvaro Terrones, Ángela Cuadra, Daniel Silvo, Nacho Martín Silva, Enrique Radigales. Para la ejecución de una de las interpretaciones, 24 Ambigüedades, se invita a todo el público a participar con la donación de un objeto encontrado que será identificado por dos breves historias creadas por el donante y que cuenten cómo lo encontró, siendo una falsa y otra verdadera.
PV. Juan Gabriel y la Palmera Roja (2008 – revisada en 2010)
Interpretación: Ángela Cuadra, Nacho Martín Silva, Enrique Radigales, Clara Sánchez Sala, Daniel Silvo.
La acción retoma dos símbolos emblemáticos de la cotidianidad de América Latina: la figura del cantante Juan Gabriel, y la palmera, símbolo de lo tropical, en apariencia disimiles y hasta contradictorios, para revestir la obra de significados nuevos y más cercanos a los propios intérpretes. El concepto tropicalista surge en 1983 en el discurso de Ehrenberg, concretizándose en 1990 en el Codex Aeroscriptus Ehrenbergensis. Inspirándose en el imaginario que las dos figuras remiten a los participantes así como con el conocimiento de la obra gráfica de Ehrenberg, se sugiere la realización de un mural “tropicalista”.
PV. Zona de Arte (donde cualquier cosa puede acontecer!!!) (1973 – revisada en 2014)
Interpretación: Javier Núñez Gasco
Acción realizada por primera vez como parte de la exposición Chicles, chocolates y cacahuates… en la Galería José María Velasco, del Instituto Nacional de Bellas Artes, en los meses de febrero y marzo de 1973. La acción se define en el anuncio público de la delimitación temporal y física de un espacio de la ciudad como “zona de arte”, pasando a ser considerado cualquier evento ocurrido en ese espacio y ese tiempo, obra de arte.
PV. Evento hilado / String Event – El arte es sólo una excusa. Evento solista para cuerdas y voz. (c. 1973 – revisada en 2010)
Interpretación: Álvaro Terrones
Descrita como pieza “para cuerdas y voz”, la acción se activa con la conexión entre el artista y el público a través de hilos o cuerdas que irán creando diferentes tensiones con el movimiento del intérprete al explicar su visión del arte. El interprete irá siendo amarrado por diferentes hilos gruesos al público, lo que irá coartando su libertad de movimiento, mientras declama su versión de la Historia del Arte.
PV. Va de retro / Sombras nada más (2008)
Interpretación: Nieves Correa y Abel Louredo
Con el subtitulo Un múltiplo conceptual ¡pirateable! ésta es la más reciente de las acciones propuestas por Ehrenberg. Si bien sugiere un formato más rígido en su instalación -la delitimitación de un rectángulo con cinta en la pared y su iluminación por un foco-, el énfasis se coloca en la aleatoriedad de los sucesos que enmarcará, pero sobre todo en su distribución como objeto, en la forma de un certificado, que indica en él mismo la posibilidad de ser copiado por cualquiera en cualquier lugar, sin permiso previo, es decir, puede ser pirateada.
PV. 24 Ambigüedades (1973 – revisada 2014)
Intepretación: cualquier persona que haga una donación de un objeto encontrado.
Recreación resignificada de A Testimonial of Hostage Objects, obra que presentó en Gallerie Fignal que animaba Hreit Friedfinsson en Amsterdam (1973), y que consistió en una instalación con guantes de latex colgados del techo conteniendo objetos diversos. La propuesta es la búsqueda de objetos por los participantes que serán expuestos como una suerte de restos arqueológicos con dos descripciones sobre su origen, una cierta y otra falsa, no siendo identificadas como verdaderas. Retoma Ehrenberg en esta acción varias de sus preocupaciones sobre la construcción de la historia, los modelos colonialistas impuestos, y los puntos de vista afectivos.
Felipe Ehrenberg es considerado uno de los padres del arte conceptual mexicano así como uno de los reivindicadores de la identidad latinoamericana precolombina, rastreada en la cultura popular y del culto al “no-gusto”. Es pionero en la realización de acciones en la escena artística del México de fin de los sesenta, un tipo de trabajo que continuará desarrollando durante su exilio en Londres, donde realizó obras que ahora forman parte de la colección de la Tate Modern, participó del festival itinerante Fluxus Fluxshoe, a través del colectivo editorial Beau Geste Press. A su vuelta a México en 1973-1974 desarrolló una investigación en torno a la performance, y fue uno de los fundadores del arte conceptual con la creación del Grupo Proceso Pentágono, además de activista desde el contexto artístico, ya sea como profesor, ensayista, político u organizador social, participando en el Primer Coloquio Latinoamericano sobre arte no-objetual y arte urbano, en Medellín, 1981.
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[1] Cuauhtémoc Medina, “El Ojo Breve: Tropicoso y antiartístico”, Reforma, miércoles, 16 de abril, 2008, p. 7C (Sobre Felipe Ehrenberg, Machuria: Visión Periférica. Museo de Arte Moderno, México, D.F.).
Fuente: Artishock
Gracias, Cristina, por la amabilidad de abrir su espacio-e a esta expo (mi primerísima en España). Avíseme el día en que decida visitar mi atribulado país, para conocernos mejor. Mil abrazos