Wifredo Lam, la muestra, es una exposición itinerante que indaga en la obra del más universal de los artistas cubanos. Lam nació en Sagua La Grande en 1902 y murió en París en 1982. La muestra ya pasó por París, donde hizo base en el Centro Pompidou; hace pocos días se inauguró en el Museo Reina Sofía de Madrid donde estará hasta el 15 de agosto cuando se desmontará para desplegarse en la Tate de Londres.
Lam fue el iniciador de una pintura mestiza que unía modernismo occidental y símbolos africanos o caribeños. Se codeó con todas las vanguardias de comienzos del SXX, afrontando también los problemas del mundo. Su obra profundamente comprometida, exploradora de diversidad de expresiones y de medios, desde la pintura al dibujo, del grabado a la cerámica, persigue el mismo combate que su amigo Aimé Césaire: “pintar el drama de su país, la causa y el espíritu de los Negros”.
Lam tomó consciencia desde muy joven de la cuestión racial y de sus implicaciones sociales y políticas en Cuba, en Europa y, más adelante, en Estados Unidos. Asociado a diversos ambientes nacionales, sociales y culturales, siempre mantendrá una postura distante, sin caer en los papeles ni las proyecciones de identidad que le imponen, con buena voluntad, amigos y admiradores. Lam inventó un lenguaje propio, único y original para defender la dignidad de la vida y la libertad.
La exposición vuelve sobre la génesis de su trabajo pero también sobre las diversas etapas y condiciones de la recepción e integración progresivas de una obra pacientemente construida entre España, París-Marsella y Cuba. Traza la singular trayectoria del artista a través de alrededor de doscientas cincuenta obras –pinturas, dibujos, grabados, cerámicas– completada con más de trescientos documentos –cartas, fotografías, revistas, libros–.
Este vasto material ilumina el contexto de su trabajo y de su pensamiento, deteniéndose en sus años en España (1923-1938), en los sorprendentes grabados de los años sesenta y setenta y en sus colaboraciones con los más destacados escritores de su tiempo, así como en las obras capitales creadas a la vuelta a su Cuba natal (1940-1950), y, en definitiva, muestra una vida comprometida dentro de un siglo agitado.