¿Qué obras artísticas de ahora van a seguir siendo valoradas de aquí a cien años o más? En una época tan vertiginosa como la actual, donde incluso las más relevantes obras artísticas, según Javier Marías, solo pueden aspirar a una miserable posteridad de diez años, únicamente una editorial de un país como el Reino Unido, tan aficionado a las apuestas y los rankings, podía aventurarse a elegir las 100 obras artísticas de estos últimos veinte años que van a pasar la criba del tiempo y alcanzar la inmortalidad. Lo ha hecho la prestigiosa editorial de libros de arte Thames & Hudson con el libro 100 Works of Art That Will Define Our Age (100 obras de arte que definirán nuestro tiempo), escrito por el poeta, historiador y crítico de arte norteamericano Kelly Grovier.
Imagen cortesía de Thames & Hudson.
En este libro, como bien indica su llamativo título, Gravier se arriesga a apostar por las 100 obras -una por artista- que en su opinión se convertirán, con el paso del tiempo, y por sus valores plásticos y comunicativos, en iconos del arte internacional de estas dos últimas décadas que marcan la transición entre los siglos XX y XXI. En la lista, donde figuran grandes figuras internacionales del arte como Marina Abramovic, Ai Weiwei, Banksy, John Currin, Chuck Close, Sophie Calle, Cindy Sherman, Louise Bourgeois, Lucien Freud, Paula Rego, Anish Kapoor, Matthew Barney, Louise Bourgeois, Tracey Emin, Andreas Gursky, Damien Hirst yDavid Hockney, solo se han colado dos artistas españoles: Santiago Sierra y Cristina Iglesias.
Jeff Koons, Puppy, Instalación en Arolsen, 1992. © Jeff Koons
Entre Self, la escultura de una cabeza de acero inoxidable barnizada con sangre realizada en 1991 por Marc Quinn, y Sunflower Seeds, una instalación de un millón de piezas de cerámica con forma de semillas de girasol realizada por el chino Ai Weiwei en 2010 para su exhibición en la Sala de las Turbinas de la Tate Modern de Londres, se cuelan en el volumen obras que, por su capacidad de provocación, de inspiración y cuestionamiento, ya tienen un lugar en la historia del arte, si bien aún es demasiado pronto para decir cuál. Entre ellas, piezas como el proyecto de cinco filmes The Cremaster Cycle de Matthew Barney, el vídeo The Clock de Christian Marclay, la pintura The Rose de Cy Twombly, la famosa escultura vegetal Puppy de Jeff Koons, la fotografía Rebellious Silence de Shirin Neshat, las instalaciones Au Naturel de Sarah Lucas y Leviathan Thot 2006 de Ernesto Neto, la vídeo instalación Open My Glade (Flatten)de Pipilotti Rist, la fotografía Misty and Jimmy Paulette in a Taxi de Nan Goldin y la esculturaDead Dad de Ron Mueck.
Para consultar los 100 artistas seleccionados, pinchar aquí.
Self, de Marc Quinn, 1991. © Marc Quinn. Cortesía de Thames & Hudson.
Sunflower Seeds, de Ai Weiwei en la Tate Modern Gallery. Cortesía de Wikimedia Commons.
Au Naturel, de Sarah Lucas. Cortesía Sadie Coles HQ, Londres. © Sarah Lucas.
Cy Twombly, The Rose (II), 2008. © Cy Twombly Foundation.
David Hockney, Bigger Trees Near Warter or/ou Peinture sur le Motif pour le Nouvel Age Post-Photographique (2007). Cortesía de la York Art Gallery. Copyright David Hockney.
Matthew Barney, Cremaster 4, 1994. Imagen de producción. Cortesía Gladstone Gallery. Fotografía de Michael James O’Brien. © 1994 Matthew Barney.
Shirin Neshat, Rebellious Silence, de la serie Women of Allah, 1994 (detalle). Foto tomada por Cynthia Preston. Cortesía Gladstone Gallery, Nueva York y Bruselas. © Shirin Neshat.
Christian Marclay, imagen del vídeo The Clock, 2010. Cortesía White Cube. Fotografía de Ben Westoby. © Christian Marclay.
Pipilotti Rist, Open My Glade (Flatten), 2000. Cortesía de la artista, Hauser & Wirth and Luhring Augustine. Photo Public Art Fund © Pipilotti Rist.
Nan Goldin, Misty and Jimmy Paulette in a taxi, NYC, 1991. Cortesía Matthew Marks Gallery. © Nan Goldin.
Bloodline: Big Family, 1995,de Xiaogang Zhang. Fotografía cortesía de Pace Gallery, Beijing/Zhang Xiaogang studio. Copyright del artista.
Fuente: Thames & Hudson
