Hasta el 6 de octubre once esculturas monumentales del artista catalán Jaume Plensa invaden los espacios urbanos y naturales de la ciudad de Burdeos (Fracia) para “redescubrir” la ciudad a sus propios habitantes y establecer con ellos un diálogo basado en el humanismo y la celebración de la diversidad.
Jaume Plensa, Paula, 2013. Imagen cortesía del Ayuntamiento de Burdeos.
Después de haber deslumbrado en últimos años a los habitantes de Río de Janeiro, Chicago o el Reino Unido con sus esculturas monumentales al aire libre, el artista catalán Jaume Plensa (Barcelona, 1955) invade ahora los principales espacios urbanos y naturales de la ciudad francesa de Burdoes con El espacio entre palabras, un proyecto escultórico de once piezas de gran formato, tres de ellas realizadas expresamente para este proyecto expositivo.
Según el artista, su intención no es otra que la de invitar a los ciudadanos de la ciudad a que redescubran su propio espacio urbano desde una perspectiva humanista, así como establecer con ellos un diálogo basado en la celebración de la diversidad y la multiculturalidad. Jaume Plensa visitó por primera vez Burdeos el pasado mes de febrero, con motivo de la preparación de esta exposición. Nada más pisarla, indica el propio artista, sintió que “algo le recorría suavemente la espalda”: el alma de una ciudad de la que no había imaginado su armonía y que pretendía contarle su historia. Inmediatamente, entre el artista, hombre de letras y de cultura, y la ciudad de las Luces, se estableció un encuentro, y, en consecuencia, un intercambio fluido de conocimiento, un diálogo con un inequívoco fondo humanista.
Porque para el artista catalán, exponer en el espacio público es, ante todo, un intercambio. “Para mí, exponer en una ciudad no consiste en depositar las obras en el espacio público… y hop, y listo. No, es una huella con doble sentido, que me provocará un sobresalto, abrir un nuevo camino en mi obra”. De esta inspiración singular “que se mezcla misteriosamente a la que ya existe en curso”,Plensa ha extraído tres obras específicamente creadas para el evento bordelés, y para las que decidió volver a la fuente de sus orígenes : dos figuras femeninas de 7 metros de altura, Paula ySanna, implantadas en dos espacios patrimoniales emblemáticos, las plazas de Pey Berland y de la Comedia, así como una escultura –Autorretrato– instalada en la plaza Camille Jullian. Estas esculturas constituyen, de algún modo, una exposición en la exposición, un gesto artístico especialmente reservado a la ciudad.
Durante sus visitas de reconocimiento, Plensa “ha respirado la ciudad”, recorriéndola diversas veces a pie. A lo largo de este circuito ha determinado el mejor emplazamiento para cada una de sus esculturas: “donde mejor podrían entablar un diálogo con la población”. A menudo pequeñas plazas que le han emocionado por su calidez, intimidad, dimensiones humanas: “He privilegiado los espacios de vida cotidianos, de paso, donde la población se cruza, donde los habitantes, camino del trabajo o de compras, no esperan necesariamente ver surgir arte contemporáneo. Quizás incluso donde los turistas o los habitantes de otros barrios no van necesariamente… Voy a hacerles descubrir la ciudad”.
Fuente: Ayuntamiento de Burdeos