Alto como un edificio de diez pisos y ancho como una cancha de fútbol. Estas son las dimensiones monumentales del mural que se erige en el puerto de Catania -la segunda ciudad más grande de Sicilia después de Palermo- sobre ocho silos de cemento que desde 1960 definen, junto con el Etna y la cúpulas barrocas, el paisaje de la ciudad.
Se trata del mural más grande del mundo, realizado por el artista portugués Alexandre Farto conocido como Vhils, quien en 2015 fue consagrado por su país como la personalidad del año. Esta obra de arte público -subvencionada por la Fundación Terzo Pilastro-Italia e Mediterráneo, quiere celebrar el encuentro entre las culturas que desde siglos definen la identidad siciliana.
El artista eligió hacerlo con una mirada, la del hombre retratado, que se dirige hacia el Oriente, hacia Egipto, Turquía, Siria, Jordania y Líbano.
Justamente en Líbano Vhils realizará una segunda obra, complementaria de esta primera, construyendo un puente imaginario sobre el Mediterráneo. A su vez, mientras Vhils exhibe su mural, en el edificio Platamonte se inauguró una muestra que también celebra el encuentro entre culturas con artistas callejeros como Jef Aerosol y Shepard Fairey (aka Obey). Entre los techos del edificio y sus arcos se despliega la historia del arte callejero a través de 100 obras de 60 artistas de distintos países desde los 80s hasta las explosiones de los últimos años.
Sicilia se convierte de este modo en la ciudad que inaugura 2016 con la muestra de street art más frondosa en los últimos años.
En Catania Vhils realiza el mural más grande del mundo
