Una de las expresiones artísticas más personales sea, quizá, la que se refiere a la moda.La manera de vestirnos, el trabajo de los diseñadores-creadores, lo que ellos mismos atesoran en sus colecciones, no en las que producen sino en las que archivan como preciados tesoros y sobre todo los trapos que nos tiramos sobre el cuerpo para delinear quiénes somos: el arte ser uno mismo. Las piezas que coleccionó durante toda su vida Cristóbal Balenciaga (1895–1972) se exhiben hoy en el Tel Aviv Museum of Art: Collector of Fashions (Coleccionista de modas).
Las obras provienen del Musée Galleria en Paris y de piezas de los archivos de Balenciaga, sobre el cuyo cuerpo de obra se inspiraron numerosas generaciones de diseñadores .
A lo largo de tres décadas (de 1937 a 1968), Balenciaga elevó el concepto de alta costura a expresiones artísticas. Estudió las cualidades de las telas y su potencial innato y supo cómo dar movimiento a cada textura con la que trabajó.
Pero sobre todo su obra se destaca por saber entender un cuerpo imperfecto y crear para él una pieza cómo, las capas creadas entre 1947 y 1948 o los vestidos de silueta semi- ajustada (en contraste con los superajustados diseños de Dior de la misma época), el estilo descontracturado fue su marca registrada y sus prefenrecias a la hora de elegir las piezas de su archivo tienen que ver con esta particularidad del gusto.
Todas las piezas que inspiraron su obra y forman parte de su archivo se exhiben ahora en Tel Aviv, por primera vez se muestran públicamente, en Israel: desde telas hasta equipos provenientes de distintas partes de España, con reminiscencias de boleros y toros.
Gracias, Cristóbal. Y: Olé!!!!!